A veces pensamos que el aceite solo sirve para freír o dar sabor, pero detrás de él hay un dato clave que pocos conocen: el punto de humo. Este concepto indica la temperatura exacta en la que el aceite comienza a quemarse y liberar humo visible.
¿Qué pasa cuando el aceite humea?
Cuando ves humo saliendo de la sartén, significa que el aceite ya pasó su punto de humo. En ese momento, las grasas se descomponen, el sabor cambia y se generan sustancias tóxicas, como los aldehídos. Además, tu comida absorberá ese sabor amargo y perderá calidad nutricional.
Cada aceite tiene un punto distinto
No todos los aceites reaccionan igual al calor. Por ejemplo:
- Aceite de oliva virgen extra: alrededor de 190 °C. Ideal para cocinar a fuego medio o para aliñar.
- Aceite de aguacate: hasta 250 °C. Perfecto para freír o cocinar a altas temperaturas.
- Aceite de coco: entre 175 °C y 200 °C. Recomendado para postres o cocciones suaves.
- Aceite de girasol refinado: entre 230 °C y 240 °C. Muy bueno para frituras rápidas.

Cómo evitar que el aceite se queme
- No lo dejes solo en la sartén. Calienta a fuego medio y observa el brillo o movimiento del aceite.
- Evita usar el mismo aceite muchas veces. Cada recalentamiento baja su punto de humo.
- Usa utensilios secos. El agua puede hacer que salte y se queme más rápido.
- Elige el aceite correcto según la receta.
En resumen
El aceite es un ingrediente vivo en la cocina. Si lo respetas y lo usas bien, te ayudará a cocinar de forma más sabrosa y saludable. La próxima vez que veas que empieza a humear, recuerda: el humo no es sabor, ¡es señal de que ya se pasó! 👨🍳🔥


