El jitomate es uno de los ingredientes más usados en la cocina mexicana y mundial. Lo encontramos en salsas, guisos, ensaladas, sopas y hasta en jugos. Sin embargo, lo curioso es que no siempre fue así. Durante siglos en Europa, este fruto rojo fue visto con miedo, hasta el punto de ser considerado venenoso. Hoy en día, su historia nos parece increíble, pero refleja cómo la cultura y la ciencia cambian nuestra manera de ver los alimentos.

El jitomate en México: un regalo de los dioses
El jitomate es originario de Mesoamérica. Los pueblos prehispánicos lo domesticaron y lo convirtieron en parte esencial de su dieta. Para los mexicas, el “xitomatl” (como lo llamaban) era símbolo de abundancia y fertilidad. Aparecía en salsas molcajeteadas, acompañado de chiles, hierbas y maíz, formando la base de la cocina que hoy reconocemos como mexicana.

Su sabor ácido y fresco lo hizo indispensable en las cocinas indígenas, y fue uno de los grandes tesoros que viajaron a Europa después de la conquista.

Cuando Europa creyó que era venenoso
Aunque los españoles llevaron el jitomate a Europa en el siglo XVI, su camino no fue nada sencillo. La planta pertenece a la familia de las solanáceas, la misma de la belladona y otras especies realmente tóxicas. Ese parentesco hizo que la gente lo mirara con desconfianza.

Además, la costumbre de servir los jitomates en vajillas de estaño provocó que, al contacto con la acidez del fruto, se liberara plomo. Muchos aristócratas que comían de esos platos se intoxicaban, y por eso se reforzó la idea de que el jitomate era venenoso.

Durante mucho tiempo, fue cultivado más como planta ornamental que como alimento. Sus frutos rojos decoraban jardines europeos, pero casi nadie se atrevía a comerlos.

El cambio: de peligro a manjar
No fue hasta el siglo XVIII y XIX que el jitomate empezó a conquistar las cocinas europeas. En Italia, lo adoptaron con pasión y lo convirtieron en base de sus salsas, pizzas y pastas. En España, dio vida al famoso gazpacho y a la salsa de sofrito. Poco a poco, dejó atrás su mala fama y se ganó un lugar en la mesa.

El jitomate pasó de ser un fruto sospechoso a un ingrediente indispensable. Hoy no podemos imaginar la gastronomía mundial sin él.

Un superalimento moderno
Actualmente, sabemos que el jitomate está lejos de ser venenoso: al contrario, es un alimento lleno de beneficios. Contiene licopeno, un poderoso antioxidante que ayuda a proteger el corazón y a prevenir ciertos tipos de cáncer. También aporta vitamina C, potasio y fibra, todo con pocas calorías.

No importa si lo comes crudo en ensaladas, cocido en sopas o asado en salsas: el jitomate es una bomba de sabor y salud.

Curiosidades del jitomate

  • México es uno de los principales productores y exportadores de jitomate en el mundo.
  • Aunque lo usamos como verdura, el jitomate en realidad es una fruta.
  • En algunas regiones de Europa, al inicio, lo llamaban “manzana del amor” por su forma y color.
  • El jitomate fue la primera hortaliza cultivada en el espacio, demostrando su importancia global.

Conclusión
La historia del jitomate es un viaje sorprendente: de fruto sagrado en Mesoamérica, a “veneno” en Europa, y finalmente a estrella de la gastronomía mundial. Hoy forma parte de nuestra identidad cultural y de millones de platillos que no serían lo mismo sin su sabor inconfundible.

La próxima vez que prepares una salsa o disfrutes una pizza, recuerda que detrás de ese jitomate hubo siglos de mitos, miedos y descubrimientos. Un ejemplo perfecto de cómo la cocina también cuenta historias.

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