El pollo Tikka Masala es uno de esos platillos que trascienden fronteras y cuentan historias más allá de la cocina. Su origen es fascinante, porque aunque su nombre y esencia provienen de la India, hoy en día es considerado el plato nacional del Reino Unido.
Un platillo nacido de la migración
Durante la segunda mitad del siglo XX, muchos inmigrantes de India y Pakistán llegaron a Inglaterra. Con ellos trajeron su cultura, sus tradiciones y, por supuesto, su gastronomía. Uno de los platos más populares de la cocina india era el pollo tikka: trozos de pollo marinados en yogur y especias, cocinados al horno tandoor. Sin embargo, este plato era seco y no siempre se adaptaba al gusto británico, acostumbrado a comidas más cremosas y con salsa.

La adaptación que lo cambió todo
Se dice que un cliente británico pidió algo “con más salsa” y que un chef indio, para complacerlo, improvisó una mezcla de tomate, crema y especias que transformó el pollo tikka en lo que hoy conocemos como Tikka Masala. Esta versión conquistó a los comensales, convirtiéndose rápidamente en uno de los favoritos de la nación.
Un símbolo cultural y gastronómico
En 2001, el ministro de Exteriores del Reino Unido llegó a declarar al pollo Tikka Masala como un “plato nacional británico”, reconociendo no solo su popularidad, sino también el valor de la diversidad cultural en la construcción de la identidad del país. El Tikka Masala, entonces, no es solo un alimento: es una historia de migración, de adaptación y de unión entre dos mundos.
Más que un plato, un puente cultural
El pollo Tikka Masala demuestra que la comida no es estática. Evoluciona, se transforma y se adapta a los gustos y contextos. Este plato es la prueba viviente de cómo la gastronomía puede unir culturas y crear algo nuevo que pertenece a todos.
