¿Te ha pasado que compras un frasco nuevo de mermelada, pepinillos o mole, y cuando intentas abrirlo, parece estar sellado con súper pegamento? ¡No estás sola! Las tapas metálicas de los frascos nuevos suelen estar envasadas al vacío, lo que crea una presión negativa muy difícil de vencer con la fuerza de nuestras manos.
Pero no te preocupes, no necesitas herramientas extrañas, ni golpear el frasco contra la mesa o ponerlo bajo tu axila como dicen algunas teorías en internet.
👉 La solución está en el agua caliente.
Cuando sumerges la tapa del frasco en agua caliente por unos 30 a 60 segundos, el metal se expande ligeramente gracias al calor. Esto rompe el vacío que la mantiene tan firmemente cerrada y te permite abrirla con facilidad, sin esfuerzo y sin riesgo de accidentes.

Pasos para hacerlo:
- Llena una taza o recipiente hondo con agua caliente del grifo (no hace falta que hierva).
- Introduce solo la tapa del frasco, sin mojar el contenido.
- Espera 30 segundos.
- Saca el frasco, sécalo y gíralo como siempre: ¡verás qué fácil es ahora!
Este truco es especialmente útil para personas con movilidad reducida, artritis o simplemente cuando no hay nadie cerca para ayudarte. Además, es seguro, rápido y efectivo.
💡 Extra tip: Si el frasco sigue difícil, usa un paño de cocina seco para mejorar el agarre al girarlo.
