Los sartenes de hierro fundido son clásicos en la cocina desde hace generaciones. Aunque algunos los ven como piezas “anticuadas”, la realidad es que son versátiles, duraderos y —si se curan correctamente— pueden funcionar casi como un sartén antiadherente. Sí, ¡así como lo lees!

🔧 ¿Qué significa “curar” un sartén de hierro fundido?

Curar un sartén significa recubrirlo con una capa muy fina de aceite y calentarlo a alta temperatura para formar una pátina protectora, una superficie polimerizada que no solo evita la oxidación, sino que también evita que los alimentos se peguen.

Con el tiempo y el uso, esta pátina se fortalece, haciendo que el sartén sea ideal para:

  • Sellar carnes
  • Cocinar huevos o panqueques
  • Preparar tortillas, vegetales o incluso postres

✅ Ventajas del hierro fundido curado:

  • Funciona como antiadherente sin químicos.
  • Es muy duradero (puede durar generaciones).
  • Mantiene y distribuye el calor de manera uniforme.
  • Aporta una pequeña cantidad de hierro a los alimentos.
  • Puede usarse en horno, estufa y fogatas.

🔥 ¿Cómo curar un sartén de hierro fundido?

  1. Lávalo bien (si es nuevo, quítale la cera de fábrica).
  2. Sécalo completamente para evitar óxido.
  3. Aplica una capa muy fina de aceite vegetal por dentro y fuera.
  4. Colócalo boca abajo en un horno precalentado a 220 °C (425 °F) durante una hora.
  5. Déjalo enfriar dentro del horno.

Repite el proceso unas 2–3 veces si es un sartén nuevo, ¡y listo! Solo recuerda no lavarlo con jabón fuerte y nunca dejarlo húmedo.

🧠 Consejo extra:

Cuanto más lo uses, mejor funcionará. Cada uso con grasa o aceite refuerza la capa antiadherente natural.

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