¿Sabías que la berenjena, conocida por su versatilidad en la cocina, puede mejorar significativamente su sabor si la salas antes de cocinarla? Este sencillo pero poderoso truco es ideal para reducir el característico sabor amargo que a veces puede encontrarse en esta hortaliza. La clave está en el proceso osmótico que ocurre cuando se espolvorea sal sobre las rodajas o trozos de berenjena. La sal extrae el exceso de agua, donde se concentran los compuestos responsables del amargor, como la solanina. Al eliminar este líquido, no solo mejoras el sabor, sino que también ayudas a que la berenjena absorba menos aceite durante la cocción, logrando un platillo más ligero y equilibrado.
Para aplicar este método, simplemente corta la berenjena según lo requiera tu receta, espolvorea sal de manera uniforme y déjala reposar en un colador durante 20 a 30 minutos. Luego, enjuaga con agua fría para retirar el exceso de sal y seca con papel de cocina. Este paso adicional puede parecer un esfuerzo extra, pero te asegurará una textura más cremosa y un sabor más limpio en tus platillos.
Desde clásicas recetas mediterráneas como la moussaka y la ratatouille hasta preparaciones más modernas como berenjenas rellenas o a la parrilla, este consejo puede transformar tus creaciones culinarias. Además, al evitar el exceso de amargor, la berenjena se convierte en un lienzo perfecto para absorber y realzar los sabores de las especias, hierbas y salsas que elijas.

Incorporar este pequeño pero efectivo hábito en tu rutina de cocina puede marcar una gran diferencia en la calidad de tus platos. Así que la próxima vez que cocines berenjenas, no olvides este truco; tus papilas gustativas y tus comensales te lo agradecerán.