Salsa bechamel: una de las cinco salsas madre de la cocina francesa que deberías dominar
En el mundo de la gastronomía clásica, existen cinco preparaciones que son consideradas la base de innumerables recetas: las llamadas “salsas madre”. Una de las más versátiles, fáciles y conocidas es la salsa bechamel, también conocida como salsa blanca.
🥛 ¿Qué es la salsa bechamel?
La bechamel es una salsa cremosa hecha con tres ingredientes simples: mantequilla, harina y leche. La clave está en cocinar primero la mantequilla con la harina (lo que se llama roux) y luego añadir lentamente la leche caliente, batiendo constantemente hasta obtener una textura suave y sin grumos.
Es una salsa neutra, ideal para dar cremosidad y suavidad a todo tipo de platillos.
🧑🍳 ¿Por qué se llama “salsa madre”?El término “salsa madre” fue acuñado por el célebre chef Auguste Escoffier, quien clasificó las salsas fundamentales de la cocina francesa en cinco grandes bases:
- Bechamel (base láctea)
- Velouté (con caldo claro)
- Española (salsa oscura con fondo de carne)
- Tomate (base de tomate natural)
- Holandesa (emulsión de yema y mantequilla)
Estas salsas sirven como punto de partida para preparar decenas de otras, como la Mornay (bechamel + queso), salsa de mostaza, salsa de champiñones, entre muchas más.

🍲 ¿Dónde se usa la bechamel?
- Lasañas y canelones
- Croquetas
- Coliflor o brócoli gratinado
- Huevos gratinados
- Soufflés salados
- Como base para sopas cremosas y salsas más complejas
🧠 Un poco de historia
Aunque popularmente asociada a la cocina francesa, algunos historiadores creen que la receta ya existía en Italia antes del siglo XVII. Sin embargo, fue perfeccionada y bautizada en Francia, posiblemente en honor a Louis de Béchameil, un mayordomo real en tiempos de Luis XIV.
💡 Consejos para una bechamel perfecta:
- Usa leche tibia para evitar grumos.
- Bate constantemente durante la cocción.
- Sazona con sal, nuez moscada y pimienta blanca para un sabor clásico.
- Si quieres hacerla más ligera, puedes usar leche vegetal y aceite de oliva (aunque ya no será 100% tradicional).
✅ Conclusión:
La bechamel no es solo una salsa para lasañas. Es una técnica fundamental, una herramienta culinaria que abre las puertas a una infinidad de recetas.
Dominarla te permitirá preparar platos más sofisticados, dar textura y sabor a tus comidas, y entender uno de los pilares de la gastronomía mundial. Y lo mejor: ¡solo necesitas tres ingredientes y una cuchara de madera!
