El ajo es un ingrediente fundamental en la cocina de todo el mundo. Su sabor intenso y penetrante lo convierte en un condimento versátil, pero muchas personas lo evitan por su pungencia. Sin embargo, cuando se asa, ocurre una verdadera transformación.
Al exponer el ajo al calor del horno, los compuestos de azufre responsables de su sabor picante se degradan, mientras que los azúcares naturales se caramelizan. Esto da como resultado un ajo suave, dulce y con una textura cremosa, muy parecido a una mantequilla vegetal.
Cómo preparar ajo asado en casa
- Corta la parte superior de una cabeza de ajo.
- Rocíala con un poco de aceite de oliva.
- Envuelve en papel aluminio.
- Hornea a 180 °C durante 30–40 minutos.

El resultado es un ajo dorado y tierno, perfecto para untar en pan, mezclar en purés, enriquecer salsas, aderezos o incluso sopas. Además, conserva muchos de sus beneficios para la salud, como antioxidantes y compuestos que favorecen la digestión.
Un ingrediente gourmet al alcance de todos
El ajo asado es un ejemplo perfecto de cómo un método de cocción puede transformar completamente el sabor de un alimento. Es ideal para sorprender en la mesa con un toque sencillo, saludable y delicioso.
